“Nadie es la Patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos,
nuestro deber es la gloriosa carga,
que a nuestra sombra legan esas sombras,
que debemos salvar,
nadie es la Patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.”
Jorge Luis Borges
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