Ella luce su corona de flores menudas y los pétalos áureos,
forma parte del todo y me toca con suavidad de alas,
ella sabe reírse de su sombra que deja en mi costado.
No la guardo en las fotos del armario
porque ella no está allí seguramente y le incomodaría la compañía de las
cosillas inútiles que uno pone en los estantes.
Me ha regalado las manos y un instinto de ser
y ha vuelto a mí desde mi adentro.
Si visito su lugar es por costumbre,
a las que una se pega como aprendió una vez … y no quiere cambiarlo.
Porque sus flores están y yo las tengo enredadas en el sol cada mañana.
Y si no es suficiente,
ya es bastante,
maravilloso que así sea.
Gracias mami.
Ella luce su corona de flores, le brillan en las sienes las hojitas.
Marita
Prensa Susana Micone smicone@gmail.com farocultural@gmail.com
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