LA PRINCESA Y EL BAOBAB (en página 12)
Un solo momento de felicidad es suficiente.Crece como una semilla hasta convertirse en un gran árbol.
Noche tras noche
la princesa soñaba
que una gota de agua
era su casita y cuna.
El agua tan necesaria
cada gota un tesoro.
El pueblo moría de sed
Madagascar agonizaba.
Luna tras luna
la princesa se dormía
en una gota de lluvia
y brillaba diamantina.
Semilla de felicidad
en la tierra amada
aquella gota germinó
en una sola noche.
Amaneció un baobab
enorme y altísimo.
En su tronco guardaba
una gran panza de agua.
Desde entonces
en noches de luna
el baobab florece
abre sus bellas flores
para la princesa soñadora
que lo visita
transformada en mariposa.
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